PRESIDENTE HUMALA, TEORÍA E IDEOLOGÍA POLÍTICA

Lo bueno y lo malo del gobierno Humala, a dos años y medio hay un balance moderado de sobriedad gubernamental, modestia política y respeto sumo a la incipiente democracia del Perú.

Su mérito de conllevar el orden fiscal acorde al modelo económico instaurado por el poder capitalista, que le interesa estabilidad macroeconómica, respaldo jurídico derechizado y falangista de la propiedad privada a ojo cerrado, sin vacilación ni murmuración (Poder judicial corrupto).

Otro mérito, el construir la tecnocracia social en el ministerio de desarrollo e inclusión social (MIDIS), generando cuerpos técnicos capaces de implementar progresivamente programas sociales sin clientelaje político.

Otro mérito es, las mejoras en el nivel inicial con la educación bilingüe, la alimentación escolar cuando todavía se moldean los cerebritos hasta los cinco años de edad. Incentivar los programas deportivos descentralizados que deben ser periódicos e inter eco sistémicos.

Sus deméritos y alternativas:

La carencia de ideología para avizorar una democracia política original, auténtica con espíritu nacional objetivo, geopolítico, que inspire al potencial peruano un impulso transformador, evidenciable en los procesos integrales de descentralización de los tres niveles de gobierno.

El poder ejecutivo debe ser de más roce social, un sistema semi abierto a las inteligencias generacionales, para que con ellos se detecte los límites y vicios de la gestión pública (corrupción del aparato estatal, anacrónico). Desterrar progresivamente la burocracia dorada sello y cuño de la corrupción político-administrativa de los gobiernos de turno.

En este proceso reformativo profundo (reforma del servicio civil), el gobierno debe llegar a planes concretos del sector privado-público, posibilitando un equilibrio de la gestión moderna. Para ello es imperativo profesionales capacitados (esperanza de la Beca 18 y otros). Tal vez la metodología de trabajo pudiera ser mediante la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad con una política secuencial de primero mesas de diálogo y luego de mesas de desarrollo, descentralizados.

Otro demérito es la falta de reforma a fondo en la corrupción de la Policía y las Fuerzas Armadas, la lucha frontal en cruzada social contra el problema VRAEM en el enfoque de narcotráfico, y retoma de las fronteras para dinamizarlos con desarrollo planificado. La droga campea y sale por mar, tierra y aire, evidencia inobjetable de la corrupción policial y fuerzas armadas conjuntamente con los partidos políticos (esto hace ya desde las décadas 60-70).

El demérito más grave, que lo pinta de cuerpo entero es la falta de estrategia visionaria en la geopolítica nacional e internacional, para resolver la gestión ambiental del territorio, aire y mar peruano, tanto en el fuero civil como en el militar. Necesitamos urgente un mapa geopolítico moderno que determine la nueva división y demarcación política del Perú geo físico y eco sistémico. Y que a su vez resuelva la enfermedad crónica y desahuciada de Lima la centralista, que nunca entendió la interculturalidad, la complementariedad de la propiedad privada y la propiedad colectiva en el desarrollo integral del Perú multi cultural.

Finalmente, se debe preparar cuadros diplomáticos, políticos, sociológicos, económicos y científicos para enfrentar al gran capital trans nacional. ¿Cómo fiscalizar a la empresa privada?. La ley de gravamen especial y la Minería, el impuesto especial a la minería que no sea un saludo a la bandera sino un proceso estratégico.

Que haya un equilibrio entre el sector empresarial y el sector productivo, apoyando a la incipiente producción industrial local, al gran potencial turístico antes que la explotación minera. Que los grupos económicos y su poder de prensa respeten el marco sistémico de una democracia formativa. Todo esto para que no se repita la guerra sucia, que la violencia estructural del sistema, generó la violencia reactiva de la lucha armada. Paz y armonía al 2014.

Referencia bibliográfica principal: Parlante, año 28, Nº 115, Diciembre 2013. Revista del Cusco.